La vida a veces parece que se complica.
No es más que el reflejo de una situación pasajera. Igual que un paquete de corn flakes "se vende por peso y no por volumen y puede ocurrir que durante el transporte y debido a su manipulación su contenido se asiente aparentando una ligera disminución de volumen..., a la vida le pasa lo mismo.
A veces nos asentamos y parece que somos más pequeños.
El trabajo, la novia o el novio, la mujer, los padres, los pequeños quehaceres administrativos... hay momentos que se acumulan y parece que no podemos respirar.
A todos nos ha pasado y lo que enseña la vida es que cuando eso pasa hay que acordarse de que también eso se pasa. Respirar hondo, tener fe en uno mismo y no agachar la cabeza.
Lo único que hace falta en esos momentos es un buen amigo que te recuerde que DE VERDAD esas cosas ya te han pasado antes y ya se han acabado pasando. Por eso es tan importante tener amigos. Y un amigo puede ser tu padre, tu hermano, tu marido, tu mujer y casi casi tu perro.
Lo del perro lo digo porque no hace falta hablar mucho. Es estar ahí. Sonreir o mostrar que hay algo de alegría y a respirar.
un abrazo
Cacheche
martes, julio 18, 2006
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