martes, julio 24, 2007

El club de las horas contadas

Por primera vez en mi vida
sé adonde quiero llegar
por primera vez en mi vida
elijo cuando quiero llegar

He cambiado mi pasado de plomo
por un futuro sin gravedad
he dejado de llamarme nosotros
y tengo un nombre que es de verdad

Dejo el club de las horas contadas
donde hace años que el tiempo se acaba
la soledad es una ventana
que puedes abrir o puedes cerrar

Nunca fuí un rebelde sin causa
y tuve causas hasta cansar
asi que no me arrepiento de nada
que otros lo hagan en mi lugar

Dejo el club de las horas contadas
dejo a todos los que me dejaron
la soledad es una ventana paciente
que puedes abrir o puedes cerrar.

(Mikel Erentxun)

Hola,

Esta canción la escuché hace diez días por casualidad. Estaba metida en el mp3 sin título. Sencillamente, la tenía en el ordenador. Estaba en Londres, volvía de viaje y nadie me esperaba. Aterricé, tardé en recoger las maletas y cuando salí nadie me esperaba. Tampoco llamé a nadie. No tenía que llamar a nadie. Ni sentí la necesidad de llamar. Me subí en el taxi con una sensación de control.

Creo que es soledad escogida. La soledad merecida siempre debe estar ahí. Que las cuerdas del laud han de estar separadas... Ahora es cuestión de saberlo explicar. Quien me quiera sabrá que tengo que estar sólo. La soledad fingida no la entiendo. Fingir que se está bien cuando te están dando palos, sólo tiene sentido en el curre y en el tour. Porque te pilla en mitad de la etapa y no puedes abandonar.

Ayer comí con una amiga que me dijo que llevaba años comiéndose los mocos. Pues creo que es en el preciso instante en que dejas de esperar nada y te das cuenta de que tú sólo vales un huevo, cuando aparecen las ilusiones.

Como no te des cuenta de que estar sólo no es malo, la cara te delata y la ilusión se escapa. First we take Manhattan, then we take Berlin.

un abrazo
Cacheche

No hay comentarios: