lunes, marzo 19, 2012

Componer una vida

"Para enseñar a los demás, primero has de hacer tú algo muy duro: has de enderezarte a ti mismo".

Buda

Llevo desde Navidades sin emborracharme. No es que sea algo como para tirar cohetes ni para presumir. Simplemente es que después del último ramadán (mi mes sin alcohol) no he sentido la necesidad de chuzarme como un piojo.

Es un dato que así tomado suelto no dice demasiado. Pero si sirve para una reflexión. Después de muchos años de dar vueltas, parece que empiezo a pensar en mi vida. En componerla con los hechos, no con las palabras.

Hace unas semanas hablé con mi director de una manera muy positiva: ni pidiendo ni quejándome, pero planteando mi carrera. Estamos en una reorganización y he evitado lo que habría hecho antes: quedarme esperando a que me dieran algo y si no era lo que yo quería enfadarme.

He vuelto a ir al dentista, al que no iba desde hacía mucho tiempo. Tampoco está mal. Sin caries.

El trabajo me gusta y me doy cuenta de que no necesito ni más dinero ni recursos a mi cargo. Ni un puesto rimbobante. Lo que quiero es que haga algo donde mi capacidad y mi motivación vayan de la mano del compromiso y la ilusión por ser excepcional.

Eso me hace ser mejor. Me da para pensar en ideas como que el marketing es la orquesta sinfónica del sentido común. Y me flipo yo solo.

Chorradas que sigo pensando y que traeré por aquí.

Un abrazo
Cacheche

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Cachalote!
Encantado de leerte de nuevo!

UAC

Anónimo dijo...

Más!

Anónimo dijo...

Más!