Hola
estoy por aquí. Un goteo desordenado. Me falta la constancia de otras veces. Me cuesta arrancar.
Es que no me paro a pensar.
Ultimamente pienso mucho en la moto, pero ahí es complicado escribir. Me da rabia tener abandonado el blog pero luego me cuesta ponerme. La abulía cabrona, you know.
Es por aquello que siempre he oído de hablar sin tener nada que contar es tontería. Pero bueno, ésto era mi terapia.
Hace un mes y pico fui a ver a un psiquiatra muy bueno. Una de mis hermanas quería que fuera porque pensaba que me vendría bien hablar con él. La verdad es que es una experiencia muy interesante.
Lo estuve pensando ¿Por qué si vamos al médico o al fisio, no vamos al psiquiatra?
Está claro que las enfermadades peores del mundo son las mentales. Pero todos pensamos que estamos estupendos. O nos da vergüenza ir.
Me tiré como una hora hablando y no me dijo que tuviera nada grave. Al menos, no me puso la camisa de fuerza, ni física ni mental.
Pero salí genial. Me di cuenta de que en el chequeo de la oficina deberían meter psiquiatría. Y en general, debería ser algo deseado por todo el mundo: un chequeo. Regalo de 18 años: una visita por boxes del cerebro. Y a los 30. A los 40...
Menos 'indignaos' y menos ecología y más preocuparse porque la gente tenga bien la cabeza. Eso lo primero.
Dicen que los psicólogos de los pobres son los camareros de bar. Vale. Pero es como decir que el portero de tu casa te puede arreglar el baño. Vas a acabar nadando.
Invierte en tu cabeza. Ahí te pasas la vida, machote.
El otro día vine al trabajo tocando la harmónica. Puede que tenga algún don. Pero la música no es. Sin embargo, en alguna vida fui músico. Lo noto ¿No lo notas?
Cacheche trovador
Precioso tema: Nuovo cinema paradiso. Qué peli.
Un abrazo desordenado
Cacheche
PS: Dato irrelevante: Peso 81 kg. Más que nunca en mi vida.
jueves, junio 16, 2011
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