lunes, mayo 05, 2008

Las secuoyas también van al cielo


Cuando un amigo se va,
se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar
porque el viento lo ha vencido.

Cuando un amigo se va,
queda un espacio vacío,
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo

Alberto Cortez

Los niños tenemos derecho a adoptar abuelos y tíos cuando queremos: Enrique Laborda cuando era un canijo, Chumy y Victoriano desde que tengo uso de razón y Secuoya Tierna desde los últimos 15 años. Cuando los perdemos, nos encogemos con la misma sensación de perder a un familiar.

El sábado se murió Secuoya Tierna. Es el nombre indio con el que bautizamos a René en mi casa. Una especie de tío francés que se ocupó de mi madrina cuando la vida se le hizo implacable. El destino ha querido que yo estuviese en Francia mientras René se iba con el tío Santiago y con Diego. Una especie de despedida. Se dice que el que tiene un tío en Alcalá ni tiene tío ni tiene ná. Pero si es de Avignon, la cosa cambia. Sobre todo cuando es un verdadero 'connaisseur' de la vida.

Me enteré por un mensaje corto mientras celebraba la boda de un amigo en Nantes. Me acordé del cariño y la efusividad con que decía "¿cómo estás?" con su acento del sur de francia. Los esfuerzos que hacía por entender mi chapurreo de francés. La ternura que inspiraba en toda la familia. La sensación de abrigo que daba.

Cuando mi tío se murió, él se ocupó de rescatar a mi tía y madrina de las 'cimas de la desesperación'. Durante meses sino años, todos los días había una llamada suya a las ocho de la mañana. Siempre una palabra amable, siempre un amigo. De cuando en cuando, una sonrisa y una mirada cómplices para reirnos de la última estupidez que había hecho o dicho Chiquilindri, pero con estilo.

Sus visitas a Sanes tenían un punto de alegría y un punto de buff "ahora me toca hablar francés". Pero hay gente muy fina emocionalmente con la que se puede hablar muy bien con muy pocas palabras. René era de esos. En este mundo de locos, los que tienen sentido común de-la-vida, me parecen un ejemplo a seguir.

La gente se me muere en primavera. Supongo que prefieren irse antes que estropearse cuando todo florece. La savia sube. La bolsa baja. La vida se escapa.

René, no hemos podido despedirnos de ti, pero es que nunca nos vamos a despedir. Iré a Avignon a tomarme una botella de vino en tu honor. Prometo guardar los recuerdos y estarte siempre muy agradecido por todo lo que has significado para la familia.

Un abrazo muy fuerte
Cacheche


PS: Cada persona tiene al menos una canción. La mejor que he encontrado para tí es ésta. Espero que te guste. Es un poco tristona. Pero muy apropiada para quien vivió la vida con esfuerzo, con arte y con mucho mucho cariño hacia los suyos, que por cierto éramos nosotros

http://www.youtube.com/watch?v=cDp8anVM0eU

No hay comentarios: