Ayer conocí a mi novia imaginaria. He decidido inventármela porque es la única forma que tengo de sentar la cabeza.
A falta de inteligencia, huevos, compromiso o no-sé-qué para mantener una de carne y hueso, lo único que se me ocurre es hacer como esos niños que se inventan a un amigo imaginario. Versión mayores...
Estaba molido y no pensaba salir. Pero como ocurre siempre, esos días siempre pasa algo mágico. Nunca falla.
La encontré en un bar de copas anoche. Ella estaba con sus amigas y yo con Manolo.
Una chica morena, alta, con los ojos entre azul y gris, detrás de unas gafas de pasta negras y con el pelo negro también, recogido por una coleta. Treinta y tantos. Se marchó antes que sus amigas, seguramente porque tenía que madrugar. Es una persona responsable.
No sé cuándo volveré a verla. Pero es ella. No sé ni a qué se dedica. Pero desde el principio aviso que no es perfecta. El hecho de que sea imaginaria, no significa que sea ideal. Ni tampoco que no vayamos a tener nuestras movidas. Ya os iré contando.
Pero me motiva (eso y pensar que a lo mejor es psiquiatra y que podrá curarme esta locura de amor...)
En todo caso, para celebrarlo, esta mañana -sin querer- he dado mi primera carrerita.
Eran las ocho y media pasadas y estaba llegando a fisio. El 'peatón' verde se ha puesto a parpadear cuando iba a cruzar. En vez de pararme, instintivamente, he dado una carrerita para cruzarlo. Esta historia podría terminar con un "me he caído" "me ha dado un tirón"... pero no. He cruzado perfectamente y al llegar a la acera he hecho el gesto forlanero de "¡Toma! ¡Toma! ¡Toma!". La gente me miraba entre flipada y partida. Pero me da igual. He tenido mi momento de la semana. Eso y conocerla a ella.
Hoy es el primer día del resto de nuestras vidas.
Un abrazo
Cacheche
PS: dedicada para ella... donde quiera que estés
viernes, mayo 07, 2010
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