Anoche tuve la suerte de vivir uno de esos momentos que les contaré a mis nietos. Si lo simplificas mucho, el fútbol, es simplemente un juego. Si lo entiendes a fondo, es mucho más. El instintivo sentimiento de tribu se mezcla con la ternura que te produce que un gol hace que el mundo de repente se conecte a la tierra como si fuéramos los Na'bu
Quiero dar las gracias por todos los mensajes recibidos. Me dejé el móvil en Madrid (Blame it on the Tequila).
Para David, Antonio, Tomá, Luis Amaranto, Antonio, Alvaro, Simao, Antonio, Paulo, Raul, Jose Antonio, Sergio, Diego, Quique y tantos otros que han hecho que nuestros sueños se hagan realidad. Una vez más:
¿De qué están hechos los sueños?
No lo sé. Uno de los mios lo ha hecho una rubia con diez amigos en un campo de fútbol en Hamburgo. Un millón de gracias, pibe.
Un abrazo
Cacheche
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