lunes, enero 28, 2008

Chill-out soriano

"Descansa. Un campo que ha descansado proporciona un generoso cultivo"

Ovidio

Fin de semana de relax. Últimamente los findes se me hacen muy ‘provechosos’, que dirían en México (mientras escribo estas líneas estoy escuchando rancheras, si soy así. También me gusta el country).

El viernes salí a una hora decente de la oficina a hacer de niñera de mi sobrina Elena. Que tiene 2 añitos y que en vez de decir grande dice rande. Su favorito, MUY de lejos es su tío David. Pero ya en otro planeta está su tía Esther, “la mujer del tío David”. Esto es ya de por sí muy duro, pero es que encima, Esther vive de lunes a jueves en Galicia, lo que ya hace que sea directamente humillante.
Ante esto, un tío como yo no puede más que apretar el paso, tirarse al barro y currar como un campeón. De momento ya he conseguido que pregunte por mi cuando llega a casa de mis padres. Y si la digo: “¿Quién te llama ‘culo gordo’? Ella dice “El tío Pabo” con un sonrisa que hace que tenga que ir con babero (yo).

Total, que después de un (super)café con San Pedro, tarde intensiva con Elena. Pajaritas, risas, coches, colores, cena... Por la noche copas golfas en un bar cutre al lado de mi casa. Voy para borrachuzo de barrio, pero con estilo ¿eh? Con dos chicas a cual más guapa. La envidia del bar. Cuando llegué al 4º ron, la cachonda de la camarera nos dijo que nos invitaba a la quinta copa. Yo sé que no hay quinto malo, pero empiezo a tener conciencia de mis sábados por la mañana y toqué una de retirada muy poco honrosa pero muy agradecida.

El sábado desayuno guay en plan ‘que no falte de nada’, como si fuera rico. Luego Camino Soria con los padres –le van cogiendo el gusto a tener chófer, mi travesía del desierto les ha venido de perlas-. Parada para comprar alfombras (¿?) y al llegar a la ribera, chuletas a la parrilla. Un sol de película. Un lujo a mi alcance.

Cocina/Discusión/debate con mi padre sobre cuándo se les pone la sal a las chuletas de cordero. Yo digo que al final para que no pierdan el jugo y mi padre que antes, que vaya chorrada. Gano yo, pero luego en la mesa aprovecha un comentario de mi madre para echarme en cara que tiene poca sal. “¿LO VES?” Los padres son así. Sin remedio.

Siesta de chimenea, parte I. Luego clase de fútbol con los sobris. Y partido. Empate a 4. Cuatro goles de Miguel, Tres de Inés y ¿uno de Santi? No, creo que he sido yo. Soy un abusón. Qué vergüenza. También tengo mi ego.

Después mus con Charo y Temari. Ganamos el cuñao y yo. Está feo decirlo pero es que somos unos cracks. Jugando en campo contrario. Sin tapete. Sin amarracos serios. Sin alardes... We are the champions.

Hay dos tipos de personas que juegan al mus. Las que pretenden justificar cada descarte, cada jugada, o cada seña, ya sea suya o tuya. Da igual. Para ellos los que lo importante es saber de mus. Y luego está el resto. Al que le importa pasarlo bien, reírse y vacilar un poco. Los temaris, el cuñao y moi somos todos de los segundos. El resto (me) agotan un poco.

Cena en casa en plan ‘pan y pillao’ pero en la mesa. Excelsa pero no excesiva. Después a casa del tío Jaime a echarme unas copas con Teresique y SuperIpe. Mi bióloga y mi psicólogo favoritos, respectivamente. Una con sus historias. El otro con sus abrazos. Hay que verle. Te da un abrazo y es como si te lo diese una secuoya (si las secuoyas diesen abrazos, claro). Qué angelito.

Tumbados frente a la chimenea con unos rones y unas ginebras. La música de un iPod muy bien cargado. De charla sobre lo humano y lo divino. Luego se nos unen los tíos y ‘tanrricamente’ vaya. Momentazo chill out total. A casa, esta vez sin trompazos. 3 bajo cero. Ole Soria.

Al día siguiente... Dios existe... En San Esteban, mis sobrinos me suelen despertar saltando sobre mi. Es lo que tiene ser yo. Creo que tengo cara de cama elástica o algo así. Pero este domingo viene Santi –5 años- y me despierta cogiéndome del brazo y diciendo “buenos días, tío. Despierta que ya está el desayuno”. Y luego dice: “¿Tío, a que es la primera vez que te despierto con cariño?” Entre la ausencia del dolor habitual de sus saltos y la frase del Cacheche jr., se me parte el corazón. Ya estoy todo el día vendido.

Toda la mañana con ellos. Y de remate... me los llevo al aperitivo al pueblo. Como si fuesen 3 personas mayores. Al Rufino y al Fany. Ole. Y en la comida les digo: “Si no coméis no volveremos a ir de aperitivos. Mamá no me dejará” Joer qué tíos. Cuando quieren...

Siesta de chimenea parte II. Luego a ver palmar al atleti. Esta semana van 3 derrotas de 3 partidos. Qué bien. Y después vuelta a los madriles. Veo a mi bufanda favorita. Cenita y a la cama. Antes a escribir un poco y celebrar que me ha sentado genial el chill-out soriano.

Si necesitas relax, pon una chimenea en tu vida. Vete a vivir al campo y ponte una chimenea. Si tuviéramos una chimenea en vez de una tele, el mundo sería mucho mejor.

Un abrazo,
Cacheche

No hay comentarios: