Proverbio mexicano.
A mi me pasa exactamente eso con Las Navidades.
Y es que he tenido un fin de semana folclorico total. Saliendo sin parar. Sin cabeza pero con corazon. Desde que el gordito salió del armario, ya sabía yo que ésto iba a pasar.
El jueves, patrocinados por 'vinos pachecho', empezamos fuerte el finde.
El viernes tour por la latina: almendro, delic, N. del T, txacoli y el viajero. A las doce en la cama.
El sabado hice la segunda paella urbana de mi vida. Con la colaboracion de Manolo y Bandacitos, sacamos adelante una paella muy interesante para los ponneros.
Faltó neckman. Me daria pena si no fuese porque el muy cabrón estaba esquiando en austria. Se perdió la paella, las risas, la peli y el chocolate con churros. Y mi tripa no. Le quiero igual...
Por la noche cena y cata de rones. A por todas.
Termine cantando a la tripa de Ana, cuyo niño esta esperando a que le asignen el padrino definitivo.
El domingo jornada de remoloneo total. Me metí en la cama y me dio la risa floja de pensar que seguía vivo.
A ver si me estreso un poco porque tanta relajacion es una exageracion. Me meto en la cama pensando que el finde que viene tengo que hacer algo de provecho.
Lo mejor de éste ha sido cantar al futuro Eduardin, el niño de las dos madrinas. Y que el atleti está por delante del Madrid. Algo que no pasaba desde hace diez años. Ay madre. Sólo recordarlo da vergüenza.
Tengo que controlar un poco mejor los findes venideros o acabaré con un cuerpo para la facultad de medicina.
Un abrazo,
Cacheche
PS: La canción de moda. Lo sé. Pero me pone de buen humor. Y con eso basta
http://www.youtube.com/watch?v=ZXANXppXa2Q
NOTA BENE: La cantidad de amor guardada sin entregar, la cantidad de amor desperdiciado... es que no existe. NO EXISTE. Es como la reserva de una habitación. O se usa o vuela. Así es.
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