La gran evasión

Una cita que leí el otro día de una serie que se llama "Life":

"no hacen falta cerraduras para hacer una prisión, sólo prisioneros"

Una película que me gustó: "El abogado del diablo". En ella Keanu Reeves representa a un joven y talentoso abogado que gana todos los juicios, incluído uno en el que no está muy convencido. Tras una historia sobre lo que la ambición y la falta de vista pueden hacer a un hombre y un gran discurso de Al Pacino (el Diablo) sobre el bien y el mal, se reabre una historia nueva partiendo desde el mismo principio. El objetivo es atraer a Reeves hacia el lado oscuro.

Cuando parece que se va a librar de eso, un periodista le pregunta que cómo no va a hacerle una entrevista para que todo el mundo sepa lo íntegro que es. Él acepta. Y el periodista, se gira hacia la cámara y dice: "Vanidad, mi pecado favorito". Y guiña un ojo como diciéndonos a todos: "vosotros sois iguales que él"

¿Por qué?

Porque es el pecado en el que todos caemos.

La gran evasión no es escapar de 'Stalag Luft III'. Ni pirarte de vacaciones al Perito Moreno. Tampoco salir a las seis del curre a tomar cañas con el G7. La gran evasión es escapar de la vanidad. Evitar que te adulen. Evitar sentirte importante. Ser capaz de no ser nadie.

Me parece imposible. Necesito la admiración de mis amigos, de mis padres, de mis hermanos, su sonrisa, su cariño. Sentir que te quieren es la droga más dura que he probado nunca.

Pero a cambio no dejo que me quieran. Sólo se me puede querer un poco, porque yo no quiero querer. Yo sólo tengo quereres pasajeros. Y eso va a acabar mal Cacheche. Lo peor es que lo sabes y no estás haciendo nada para cambiarlo. Y por ahí vas mal.

Hoy Loquitailand me ha recordado lo que decía Freud sobre la cura del narcisismo: "se cura queriendo a los demás".

Querer, querer y querer. Saber querer. Fácil decir, no tanto de hacer.


Un abrazo de medianoche,
Cacheche

PS: lo de no dormir no es porque me sienta miserable, es porque aún me dura el jetlag tarifeño...