El contador de cuentos: El príncipe
El único bien realmente importante del reino era la risa.
Todos los habitantes podían disfrutarlo. Eran conocidos más alla de las montañas y de los mares por su carácter risueño y su risa contagiosa.
Necesitaban la risa más que el pan. Y la tenían. Pero sólo podrían extenderlo aquellos que fuesen capaces de reirse de si mismos.
En todo el reino, el único que era capaz de empezar la cadena era el príncipe.
Un día el principe se puso triste y el reino desapareció.
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