viernes, marzo 14, 2008

De sed no se va a morir

"La desesperación no tiene alas. Tampoco el amor.
Pero yo estoy vivo en tanto lo están mi amor y mi desesperación"

(Paul Éluard)

Me manda la cita un amigo desde Roma. Ni la desesperación ni el amor tienen alas. Ni falta que les hacen, digo yo.

Hoy me ha dado por acordarme de todas las frases hechas que se desgastan por los rincones del mundo. Son esas frases que caben en cualquier sitio y que son una sentencia que certifican la autenticidad de una conversación... Una verdadera joya a cuidar.

Lo siento. He caído en la tentación de titular una nueva pieza de mi ombligo con vulgaridades. Pero no es gratuito. Reconozco que las frases callejeras, a menudo, contienen más verdad que todos los adornos de un poema.

Para mi hay una serie de frases populares que deberían ser alzadas por lo menos al nivel de ‘académicas’. Verdaderas perlas del lenguaje popular que todos hemos oído y algunos han parodiado, pero que no me resisto a recoger y comentar aquí.

Hace unos fines de semana, en Segovía escuché una buena. Comíamos cochinillo y bebíamos vino. La chica sentada a mi izquierda bebía como una campeona. Cosas de ser de la cuna del Dyc. Cada vez que yo me iba a servir más vino, miraba su copa y estaba vacía. Dije: "El agua para las ranas, ¿no?" a lo que su novio replicó.: “De sed no se va a morir”. Genial.

Como ésta, hay otras muchas expresiones populares más o menos vulgares, más o menos brillantes, pero siempre claras, que me encantan.

“O sea, al lavabo ¿sabes?” Conozco a alguna chica que antes de decir que va a hacer pis es capaz de decir que se va a esnifar al baño. Les parece más fino. Sin embargo, cuando oigo la sana expresión de “no me aguanto más” en modo vejiga llena y con tintes arrabaleros, me parto: “es que me meo toa”.

Más claro no se puede decir. "Toa"... ¿Se lo hace por los cuatro costados? O por los siete costados, que suena más primitivo. Es auténtico. Natural. Y, vale, también vulgar. Pero no siempre tenemos que estar locos con la ‘finezza’, ¿no?

Cuando una chica dice eso, es que de verdad no puede más. En todos los sentidos. Es la rebelión de los auténticos. La gente normal. De la calle.

Me gusta cuando veo a dos ‘auténticos’ discutiendo. En la barra de un bar. Hablando más alto cada vez, como si se tratase de un boxeo de tenores en pleno dueto. Según salen del lugar común hacia una conclusión concreta, uno de ellos, como diciendo “Olé” dice: “Ahí le has dao”. Por fin estamos de acuerdo. No sabemos con qué le ha dado, pero está claro que le ha ‘dao’.

O mucho mejor, cuando un manitas descubre el fallo de la junta de la lavadora, del coche, de la fresadora, o de lo que sea... después de un rato cacharreando, gira la cabeza cual robot, mira hacia ti con cara de triunfo y, sin soltar la pieza dice “Ahí le duele”.

Y si hay otro crack delante, en décimas de segundo debe decir: “Eeeeeeeeeefectivamente”. Si no, no está a la altura. Es como la culminación de la sapiencia.

Sabes lo que quiero decir, me explico (para comprobar que les haces caso), "de ahí no pas"a, "se te va a caer" (cuando se cae algo al suelo)

Otro clásico interesante es el PENMS. También conocido como “Picha Española No Mea Sola”. Es la técnica perfecta para saber que tus amigos no son clones y son los auténticos. Hace un frío de muerte, llevas más de dos horas andando por la sierra, no te sientes mucho ni los dedos ni nada de nada, pero te has bebido toda la cantimplora, dos aquarius y un café y vas a un rincón a desahogarte. Enseguida se acerca unos de ellos y suelta el PENMS y ale. A correr. Ya estás en casa.

Tengo algunos amigos delante de los cuales nunca se puede decir “Ante la duda...” Porque no saben decir otra frase con volumétricas referencias pectorales. Da igual que hables de algo de vida o muerte, del amor, da igual que estés hablando de una operación a corazón abierto o un negocio totalmente serio, en una situación tensa. Como digas “Ante la duda”, olvídate. Es “el” clásico.

Lo que ya me raya un poco es cuando alguien repite algo varias veces hasta que se te pone cara de ajo. Una frase estúpida o sencilla y empieza, por ejemplo: “Le han visto, pero no le han parado”. “Los guardias le han visto, pero han pasado de pararle”, “Si, si, le han visto, pero no le han parado”. “Le podrían haber parado. Porque le han visto. Pero no han querido. No le han parado”. Ponen su mano en tu hombro y sentencian: “Yo te digo que le han visto pero no le han parado”. Buscan los ojos de los demás, a ver si alguien lo discute: “Le han visto, vaya que si le han visto. Pero no le han parado ¿eh?. Eso si, si no pones la cara de “tronco, que sí, que ya me he enterado” siguen. Si a ti o a alguien se os ocurre decir “¿no le han visto?” La tienes montada. Hasta siete u ocho veces más. Olvídate macho.

Cuenta la leyenda que ha habido casos de conversaciones de dos frases que han durado más de tres horas.

Lo único que puedes hacer para salir de ahí es decir, rápidamente, “perdona tío, que me meo toa ¿sabes lo que quiero decir?” y salir pitando al baño.

Un abrazo
Cacheche

PS: María me ha dicho que los textos son muy largos. Me cuesta sintetizar. Es que anoche hubo juja manolera por el barrio y hoy no estoy muy fino.

De postre me quedo con una frase tremenda de Siniestro... No nos da la gana de morirnos sin probar... "De hoy no pasa"

http://www.youtube.com/watch?v=pPv3-HMkteQ

No hay comentarios: