“Sólo la música que brota de las profundidades de un alma de artista, movido por la inspiración, puede conmover al auditorio y apoderarse de él”
P. I. Chaikovski
“Dos 'menú bigmac', por favor, con fanta naranja. Para llevar”
Cacheche
Ayer fui por fin a un concierto al auditorio. Mis padres no podían ir y me dieron sus entradas. Cómo se cuidan los señoritos.
Nada más entrar me topo de bruces con Gallardón saludando al personal. Como no me conoce no me dijo nada. Pero si llega a saber quien soy fijo que me saluda. Estaba displicente. Normal. A lo mejor un poco serio. Ni triste ni alegre. Cero grados.
Hace por lo más de 5 años que no iba a un concierto de música clásica. Stravisnki y Chaikovski ¿Qué hacen dos rusos un martes en Madrid? La paz en forma de música. Me alegran el martes.
Stravinski murió el año en que yo nací. Tranquilos todos que no me quedó nada suyo. Mi oído musical es como el Jesulín de Ubrique más menos. Cuando juego con amigos al singstar se pelean por ver quién no se queda conmigo. No he probado a torear.
Si no soy bueno como crítico de la vida, mucho menos como crítico musical. Lo único que me ¿asusta? es la imagen que se me ha venido a la cabeza mientras sonaba Petruchka: una especie de batalla. Un escena de guerra.
Los violines son la infantería. Avanzan poco a poco y cada vez son más. Al principio sólo se oye al primer violín con sus codos manchados de barro y el fusil en la mano que avanza entre la maleza. Poco a poco el plano se abre y aparecen más violines. Detrás de ellos, los instrumentos de viento, subidos en fornidos caballos que sudan pero que recuerdan a los caballos de la rendición de Breda: enormes, perfectos. Me encantan los caballos. Si pudiera tendría uno en casa. Pero si meto un caballo en casa, me echan no de mi casa ni del barrio. Me echan de la ciudad. Me pierdo.
Tras el galope de los flautistas están los oboes. Hay una chica entre los oboes con un escote de flipar. Al director le van los retos, sin duda: Premio Concurso de Dirección Von Karajan a los 24 años. Infarto de miocardio en un concierto en Madrid a los 55. Me sigo perdiendo.
Los tambores vienen subidos directamente sobre elefantes. Las pisadas se oyen en todo el auditorio. Tienen más baquetas que manos. El jefe es el que tiene cinco tambores como cinco paelleras alrededor. A su lado, un soldado de menor graduación tiene un tambor enorme en vertical que va a rematar al director. Misiles tierra-tierra. Más a su izquierda está la chica del xilófono. Parece que acaba de hacer la comunión y que nunca ha roto un plato. Será de Cruz Roja o algo así. A la izquierda del todo está el soldado Ryan con un triángulo. Siempre he querido ser ese tío. Qué huevos: ¿Qué, tú a qué te dedicas? –Nada, toco en London Symphony Orchestra. – ¿Ah si?, qué instrumento – El triángulo. Al tema guapa... Es el francotirador. Se usa poco, pero cuando entra en acción los ángeles se esconden. Parece que han abierto una caja de música gigante.
Se oye un zumbido. Miro al cielo y veo a las flautas sobrevolando el auditorio. Hacen acrobacias antes de abatir a sus blancos sin piedad, mientras esquivan las lámparas. La sangre me salpica. Mis oídos entienden todo el sentido de este ejército. El coronel no tiene quien le escriba. Pero si quien le interprete ‘Petruchka’.
Y yo me pregunto: ¿he visto demasiadas veces apocalyse now o lo de comer de wok tiene efectos secundarios?
Intermedio. Patética. “Puedo afirmar que en mi vida he quedado tan contento y feliz como ahora. Tengo la conciencia de un trabajo bien hecho” escribió el artista. Es lo que se llama sabor nescafé. Me muero por ese sabor en mi vida.
Ir a un concierto de clásica es como hacer yoga. Te relaja y te pone las pilas a la vez. Te crees un divo y están en paz con el mundo. Pero después, doy salto mortal, caigo en la moto y aparezco en un McDonald’s para comerme un Big Mac. Sin complejos. Lo cortés no quita lo valiente. Lo clásico no quita lo sabroso. Lo eterno no me quita de un poquito de comida basura con que pervertirme un poco. Un antojo para mi caprichoso paladar. Me lo he tomado con Igor. Porque yo lo valgo.
Un abrazo
Cacheche
PS: a piece of Stravinski...
http://www.youtube.com/watch?v=WXOGjn27MD4
miércoles, marzo 12, 2008
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