miércoles, marzo 19, 2008

Santa Semana Santa

"Yo no sufro de locura... la disfruto a cada minuto"
Les Luthiers




Hoy comienzan para mi las vacaciones de Semana Santa. El oásis entre la Navidad y los puentes de mayo. Vacaciones religiosas, vacaciones folclóricas y lo que tú quieras, pero vacaciones al fin y al cabo.

Es la semana Santa de las abuelitas zen. Da igual qué religión profesen... todas están conectadas. No hay más que indagar un poco en los rituales y las conexiones aparecen solas.

Tanto los monjes budistas, como los hindúes y los derbiches de Turquía repiten palabras seguidas muy deprisa hasta que entran en una especie de trance.


Parece un poco friki, pero si te acercas a la Iglesia de tu barrio a eso de las siete, te encuentras con un mínimo de 10 mujeres con el rosario. Muy parecido

"Santa Maria madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte Amén.... Bendita tu eres entre todas las mujeres y Bendito es el fruto de tu vientre Jesús ... Santa Maria madre de Dios..."

Así una y otra vez durante un buen rato. Al final seguro que entran en trance. Dios me libre de criticar a la religión de nadie. Eso es sagrado. Y cada uno con su credo. Al final, todos creemos en algo. Eso nos da sentido.
No pretendo meterme con el rito del rosario ni mucho menos. Nunca fui a un colegio de curas y no tengo trauma alguno como para despecharme ahora. Y además, como crédito/bola extra para llegar a ver a ver a San Pedro algún día a la entrada del garito de los resucitados, tengo que decir que he tenido dos tías monjas. Soterránea y Sor Paz. Y a mucha honra.

Soterránea estaba en Venezuela de misionera. Cada vez que venía me parecía como estar con un explorador. Nos contaba historias de su trabajo, de la selva... Era una pasada. Venía menos de los que nos hubiera gustado.
Sor Paz vivía y trabajaba en Madrid, en Reina Victoria, donde yo nací. Íbamos a una vez por estación más o menos. Cada vez que íbamos, siempre me agarraba de la mejilla delante de otra monja y decía “éste es el que nació aquí” La otra monja se me acercaba y me agarraba el otro moflete mientras decía “¿este nació aquí?”. “Qué guapo”.

Ya no sé si decían que guapo porque soy guapo o porque les parecía “guapo” estirarme el moflete como si estuvieran probando la elasticidad de una ropa. Pero yo juro que de pequeño tenía unos mofletes normales. No sé qué habría sido de mi si no me los hubieran estirado las monjitas.

En fin, que salvo el cura de San Esteban que me parece lo peor de la reserva espiritual de occidente y el obispo de Tenerife, que es para que lo encierren, el resto del clérigos y asociados, salvo que lo soliciten expresamente, no se merecen mi desdén ni mi comentario. Son trabajadores como todos que creen en lo que hacen.

Lo que me llama la atención es que una señora de 80 años sentada en un banco de la iglesia, tenga tanto en común a la hora de rezar con un calvo gordito a los pies del himalaya o un turco danzarín. Señoras Zen...Los extremos se tocan. Y eso no debe de ser malo ¿no? Dios sabrá.

Esta Semana Santa reflexionaré sobre ello a la sombra de unas almejas de Carril, mientras miro al mar y disfruto de la terra galega. A leer, a descansar y a cuidarse.


Un abrazo
Cacheche

Ps: Semana Santa ...lo místico. Esto sí que es para levitar

http://www.youtube.com/watch?v=XvBT9sqXnew&feature=related

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