"El cocinero Ding descuartizaba un buey para el príncipe Wenhui. Se oía ¡hua! cuando empuñaba con las manos el animal, sostenía su mole con el hombro y, afianzándose con una pierna, lo inmovilizaba un instante con la rodilla. Se oía ¡huo! cuando golpeaba como si ejecutara una antigua danza.
- Es admirable- exclamó el príncipe. Nunca había visto una técnica así.
El cocinero dejo su cuchillo y contestó,
- Lo que interesa es el funcionamiento interno de las cosas, no la simple técnica. Cuando empecé a practicar mi oficio veía todo el buey ante mí. Tres años después ya sólo veía partes del animal. Hoy lo encuentro con el espíritu sin verlo ya con los ojos. Mis sentidos ya no intervienen y mi espíritu actúa sólo y sigue los ligamentos del buey. El cuchillo corta y separa, sigue las fallas y hendiduras que se le ofrecen sin esfuerzo. No toca ni venas ni tendones. Cuando encuentro una articulación, localizo el punto difícil, lo miro fijamente y con un golpe certero lo corto. Con el cuchillo en la mano me yergo, miro a mi alrededor divertido y satisfecho, y tras haber limpiado la hoja, lo envaino. La actividad se ha transformado y ha pasado a un plano superior. Esta es la concentración que hay que seguir en toda actividad, por cotidiana que sea, de la vida".
El libro del Zen de Zhuangzi
Extraido del libro 'Nocilla Dream' de Agustin Fernández Mallo
Me lo recomendó la semana pasada Josema. Lo compré el sábado. El domingo lo leí. Voy por la mitad. Y es muy bueno.
¿Picar piedra, hacer moles o construir catedrales? Cuando pones el alma en algo, inmediatamente lo mejoras, lo elevas a un plano superior. Tú eliges.
Un abrazo
Cacheche
PS: Ayer me dijo un primo mio un proverbio chino: si quieres ser feliz un día, emborráchate, si quieres ser feliz tres días, cásate. Si quieres ser feliz toda la vida, planta un jardín
lunes, marzo 17, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario