jueves, septiembre 04, 2008

Amigos de verano

"Débense buscar los amigos como se buscan los buenos libros. Que no está la felicidad en que sean muchos ni muy curiosos; antes en que sean pocos, buenos y bien conocidos"
Mateo Alemán

Cuatro semanas sin trabajar, sin madrugar. sin perseguir a nadie. Sin ser perseguido, sin informes, sin datos...

La eurocopa me dejó tan a gusto de fútbol que ni siquiera me dediqué a leer el marca como cada verano.

Me he descuidado cuidándome: pelo largo, lorzas. No he entrado en un sólo museo. No he visto muchas piedras ni catedrales. No me he privado de tres placeres: comer, beber y leer.

Las noches de verano, ver atardecer en las rías bajas, la familia, pasarme el día entero en chanclas, reflexionar...

Un dato curioso es el número de amigos que haces cada verano. Según me voy haciendo mayor voy haciendo menos. Conozco a menos gente. Estas vacaciones de hecho me he descubierto a mi mismo diciendo "vámonos a casa" cuando generalmente suele ser "vamos a tomarnos la penúltima".

No he conocido a nadie nuevo. Ya sé que "los verdaderos amigos no los haces, te los encuentras por la vida". Pues este verano parece que no me he encontrado con ninguno.

Puede que dependa de lo que haga de cada verano, está claro. De con quién me junte. Pero también puede ser que la edad me vuelve más exigente con la gente. O menos abrazafarolas.

Al final tienes 4 ó 5 amigos y muchos amiguetes. Esta reflexión me pilló en mitad de una juerga en Galicia y me dió algo de morriña.

Supongo que voy con retraso. Lo he dicho mil veces... es la madurez tardía. Igual que me ha llegado la alergia a las cucurbitáceas.

Mi cuerpo reconoce algo que no me conviene y me lo dice. Parece que mi alma me dice que no me hacen falta más amigos. Hay sitio para más, pero menos ganas de explorar.

Sin duda, el verdadero lujo es el espacio.

Un abrazo
cacheche

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