miércoles, abril 21, 2010

Me mola tu retoño

"Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo"
Ludwig Wittgenstein

La mezcla de idiomas o la mezcla de estilos en una frase denota una visión alegra y moderna de la vida. "Retoño": una palabra tradicional que nos transporta directamente a la ternura, al romanticismo y al traje de encaje… azul, niño; rosa niña; azul con pintitas, guti…

"Molar": verbo gincho por excelencia. “Mola mazo”. Las ocho letras que mejor pegan para que según quien diga sencillamente la bondad de cualquier persona, cosa o evento.

El otro día, ya no recuerdo a santo de qué escuché esta frase: “Me mola tu retoño”. La persona que me la dijo es una loca de cuidado que dice cosas como "me lo pasé pipa". Eran horas intempestivas y conversaciones intrascendentes, eso seguro. Pero me partí de risa y la apunté en el cuaderno que tengo en la mesilla para estas ocasiones.

Y ahora, como otras veces, trato de buscarle el sentido poético. La savia del verbo. La oración que me explique algo más sobre mi vida. Si es que me puede alguien explicar mi vida. Aunque sea una expresión de medianoche.

"El retoño del Jedi" (perdón). Que el retoño sea una parte de tu cuerpo. Que tu retoño sea una idea juvenil que tratas de madurar. Sea lo que sea el retoño, la poesía de este heptasílabo quiere ser un haiku imposible para confirmar que el ‘coleguita’ y el ‘cariñito’ pueden ir unidos perfectamente. De hecho, la mezcla de amistad –en el sentido de comprensión e interés mutuos- y la sensibilidad –entendida como la que te eriza los cabellos- hace que uno se sienta un confort familiar.

Creo que mis padres tienen ese rollo entre ellos. Un poco de no te pases tron y eres tú: "The reason eres tú, retoñín mio" (con retranca)

Como cuando mi padre, que vive a dos minutos en coche me dice que no abra el champán porque tiene que conducir, hace que mi madre le eche una mirada de “me mola tu retoño” total. Venga hombre.

Por cierto, ya tengo 39 castañas. A esa edad, yo aún no me había centrado. Pero aunque era muy DIFICIL, estaba on my way. Me regalaron el último libro de Punset, un surtido de quesos y embutidos guays, un disco de tangos, una camiseta y un pack de Clinique anti-age (Belush eres una cachonda, que lo sepas, guapa).

Además, pasé un gran día. Me olvidé de pedir un deseo al soplar las velas, pero creo que ya voy sobradito. Algo me huele muy bien. Me escribieron y me llamaron muchos amigos que me transmitieron su calorcito. Gracias. Y si alguien se olvidó, que no se preocupe el cabronazo y que me olvide ¡Es bromaaaaaaa!

Ahora estoy en la cama. Escucho Burning y me río de la suerte de haber llegado a esta edad con el espíritu de un niño. Puede que el año que viene madure y me de un yuyu de mayores. Por ahora, aprovecho lo que viene. Siento que los años me sientan muy bien. Espero no cambiar mucho y seguir vivo para contarlo.

Algún día me va molar tu retoño y ese día va a ser grande. Verás.

Un abrazo
Cacheche

PS: Makaroff muy agradable. "Con ella no me confundía sabía siempre lo que hacía". Por cierto, espero poder volver a montar en bici para recuperar mi cuadriceps. Ya no llevo ni una muleta (el ligar se va a acabar). "Tranqui tronco". Los amigos de verdad. Lo mejor del mundo.



PS2: Lo del (perdón) es porque se me ha ocurrido un chiste horrible. Aparece la churri de Anakin con ese bombo imperial y el tío, antes de pasarse al lado oscuro, se lleva las manos a la cabeza agobiado mientras se zampa el predictor sin masticar... ¿Cómo se llama la peli? El retoño del Jedi. Vale. Tarjeta roja. Me quedo sin postre una semana. Ainssss

No hay comentarios: