domingo, abril 18, 2010

Hay noches que sueño

"Si sueñas y los sueños no te hacen su esclavo..."
Si de Kipling

Esta semana estoy de guapo subido. Será que mañana es mi cumple. Será que me he hecho con las muletas con el estilazo que tenía Richard Channing. O sencillamente que el mundo está cambiando. Y las mujeres que lo habitan, más.

Estoy empezando a sentirme abducido por un personaje de la serie “Cómo conocí a vuestra madre”. Se llama Barney Stinson y es el ejemplo vivo de cómo se puede ser un golfo, alguien tierno y alguien admirable a la vez.

Una persona que se libra de sus ligues por el método de salir por patas cuando ellas se van a la ducha no debería ser el modelo de nadie que aspira a tener una vida de familia. Un hombre contra el sistema. Un fuera-de-scalextric total.

Y sin embargo, mi personalidad moñas me pide pensar que incluso tíos así algún encontrarán a su reason y colgarán las botas.

Mientras tanto, me parto con sus teorías y sus historias. Como que un grupo de mujeres produce un efecto que hace que parezca que están todas muy buenas, pero que en realidad una por una son muy normales. O que la única razón para esperar un mes para tener sexo es que a ella le falta un mes para cumplir 18 años.

Son teorías infantiles, banales y machistas. Pero las dice sin complejos y con toda la gracia. Asumimos que somos hormigas. Que tenemos capacidad para reír, para soñar, para manejar herramientas, cultivar, críar y hasta tener un blog. Pero seguimos siendo una especie más.

Barney tiene una lista de unas 6 páginas con los diferentes retos sexuales de su vida. Y unas reglas. Con mis amigos, las comentamos y nos reímos de lo tontos que somos.

El caso es que poco a poco me van pasando cosas que van completando mi propia lista imaginaria.

La última, el miércoles. Estaba viendo un partido en mis barris y cuando me iba un camarero me dijo que una chica quería hablar conmigo. Pensé que el Chuflas estaba por ahí de vacile. Pero el camarero me dijo que iba en serio y de repente apareció una chica cortadísima y me preguntó que si podía hablar con ella un momento. Que cómo un tío como yo no tenía novia. Que en la vida había que lanzarse…

Me dejó tan alucinado que no me salió el “me estoy esforzando mucho en ser un capullo sin sentimientos” pero la verdad es que mi ego se cruzó con algún meteorito lejano que acabó alterando los volcanes de Islandia, Sumatra y Cuenca –si los hay-.

(Al día siguiente comí en casa de mis padres y se lo conté. Mi madre, con lo que yo la quiero, en vez de decir “es que eres muy guapo, hijo” dijo:”las mujeres ahora han perdido la vergüenza”. ¡Mamá, tú no!)

Pensé en Barney. En Forlán. En mi ahijado Santi. Los guapos, los golfos, los valientes, los del IF de Kipling, los que no tenemos cura… siempre juntos. Aunque también vayamos acabando con la lista.

Vamos quemando etapas. Probablemente no en el orden “oficial”. Aún no hemos llegado a tocar el cielo de la tranquilidad. Pero lo conseguiremos. Porque nos pertenece. Y porque no somos esclavos de nuestros sueños. Simplemente soñamos.

Yo últimamente sueño con cosas muy difíciles. Casi imposibles.

Un abrazo
Cacheche

PS: Esta canción se la puse a Nico mi sobrino ‘la-bestia-parda’, que ayer cumplió dos años, para despertarlo de la siesta el sábado pasado. Muy recomendable si tenéis que despertar a un torete como Nico y sus padres están de boda. Muchas felicidades Nico.

Hay noches que sueño, con Greta y los Garbo con Teo Carralda (gracias ava por descubrirme esta canción)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parto de risa... Incorporo ese episodio para definir a mi madre, porque la define fenomenal... es una mujer resueltamente genial... y así le hemos salido... Un beso. Santa.