lunes, agosto 09, 2010

Agosto en la ciudad: smile



Hay una película que teníamos en vídeo cuando éramos pequeños. Se llama "La tentación vive arriba" y es una de esas maravillosas comedias americanas bien hechas que hicieron que me gustase el cine. Estoy en Madrid. Mi vecina de arriba tiene cincuenta años más que yo, así que no hay problema. Si mete su ropa interior en mi nevera, tengo que sacar todos los congelados al pasillo.

(De hecho, supongo que con sus bragas se puede hacer un spinaker increíble y ganar la copa américa de calle).

Hace una semana el dominical de 'El País' hizo una lista con las cien primeras películas para actores hispanoamericanos. En ninguna de ellas aparece 'La tentación vive arriba'. Me hace ilusión no coincidir con los actores. No sé muy bien por qué, injustamente, los meto en un saco de indocumentados creídos. Me dejo llevar por los prejuicios, por sus pequeñas actuaciones o apariciones en revistas y en tv y me parece que seguro que me equivoco con algunos. Con muchos. Pero los más conocidos me parecen unos cretinos. Es lo que hay.

En la lista tampoco está Beau Geste Que también me cambió la vida. Y la guerra está en el puesto 64. Es una lista de otra generación distinta a la mia.

Pero he leído una cosa -soy lo peor, leo de aquí y allá y no sé luego recordar dónde- que me hizo pensar. La gente dice que los políticos no están a la altura. Pero ¿lo estamos los ciudadanos normales? ¿Los actores? ¿los músicos? ¿Los abogados?

Como es lunes y he vuelto a la oficina, me alimento de buen rollo. Hacer bien lo que sé hacer bien (y me refiero a currar, no a salir de copas y golfear). En este buen rollo, insisto, creo que el problema es el anonimato.

Si conoces al vecino, no le puteas al salir del garaje. Sin embargo, en cuanto te alejas de casa te vas volviendo más pasota. Si todos nos conociéramos un poco -no demasiado, eso sería contraproducente- a lo mejor estaríamos mejor.

Acabo de describir uno de los básicos de urbanidad ¿no?

Es porque estoy de vuelta de mis vacas. Me ha costado horrores levantarme esta mañana. Pero sólo de pensar en la suerte que tengo de currar en lo que me gusta... ya me vale.

Ahora que estamos muy poquitos en Madrid, podemos aprovechar para conocernos y llevarnos bien. Cuando vengan los nuevos que se vayan presentando.

Imagina una ciudad donde hay un cartel en el que te tienes que presentar al llegar. Con tu móvil grabas un anuncio presentación que se proyecta en una o varias de las miles pantallas que hay en la ciudad. Tienes un identificador para que la gente se pueda presentar (si alguien lo utiliza para fines indecentes o subversivos, se le cortan las pelotas de raiz). Pero una vez se ha presentado, sabes que está ahí. Si quiere estar sólo, lo dice. Si quiere anonimato, lo dice. Pero si te cruzas con él en un semáforo a las doce de la noche de un domingo, te dice "buenas noches" y tú le dices "buenas noches" Está en tu subsconsciente. Es vecino de tu aldea.

Lo más naif del mundo es pensar que el mundo tiene arreglo. Pero si encima haces algo, eso ya tiene más gracia. Hoy voy a decir hola a todos los que me cruce. Como mínimo una sonrisa.

Así que si estás por Madrid y te cruzas con un tío con cara de sueño que te sonríe y te dice hola, seguramente soy yo ¿estoy haciendo una ciudad más simpática? ¿por lo menos en mi calle? ¿por lo menos hoy?

Es agosto, estoy en Madrid y no estoy estudiando matemáticas financieras ni relatives en keynes. Merece la pena sonreir. Pensar en el efecto mariposa. Y en las bragas gigantes de mi abuela en el tendedero. Qué tiempos. Las recordaré cuando te vea y así mi sonrisa será más genuina.

Mañana te contaré qué tal me ha ido.

un abrazo
Cacheche

PS: "la vida es una mierda, pero estoy vivo y no tengo miedo" dedicated to (the) one I love...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Beau Geste!!! Cuánto tiempo sin oirlo!! Has leído Beau Sabreur?? Es la continuación de Beau Geste. Y Beau Ideal la tercera parte, que nunca conseguí encontrar. Una pena...

Cacheche dijo...

Sólo he visto Beau Geste. Pero no he leído nada de P.C. Wren. Más cultura de ver que de leer. Me lo apunto.