viernes, agosto 06, 2010

Aprender a ser libre



"Soy más infeliz porque soy más libre"
Eduardo Punet, Viaje al poder de la mente

Ya estoy al lado del atlántico. Otra vez junto al mar.

He comido chipirones, almejas y croquetas con la maravillosa cerveza 1906. De postre me he tirado en la playa a tomar el sol.

Estoy tumbado en la playa y pienso por qué me tienen que gustar las cosas difíciles.

Ayer estuve todo el día barnizando la casita de madera. Me sentía como Karate Kid… “dar cera, pulir cera”. Mientras pasaba la brocha, escuchaba música y bebía cerveza.

Tuve varias reflexiones tan profundas como un charco… La primera: entiendo que en España haya la siniestralidad laboral que hay. Según vas bebiendo, te vuelves más descuidado.

En las primeras dos horas no me cayó ni una gota de barniz en los pantalones. En las cinco siguientes, me cayeron unas siete.

La segunda: un trabajo sin responsabilidad ni toma de decisiones, al aire libre, con buen tiempo, puede llegar a ser gratificante. Te llegas a sentir útil y te quita el estrés.

La tercera: no entiendo muy bien por qué, pero me gustan más las cosas difíciles. Eso aplica a casi todo, especialmente a las chicas.

Lo inesperado y lo difícil. Me preocupa tener espíritu de coleccionista.

Mi madre dice que soy un cascarrabias. Y seguramente, algo de razón tiene. Supongo que es algo de rabia contenida por no estar tan seguro de las cosas.

De repente me descubro mirando al mar con una melancolía difícil de explicar. Todo va bien. Pero algo falla. Y no creo que sea estar sólo. Hay algo que no me cuadra.

Es interesante averiguar qué es.

La felicidad está en la antesala de la felicidad, dice E.P. Ahí estamos pero es no nos quita de pensar. Días para pensar tranquilos. Para aprender a vivir en libertad.

Un abrazo
Cacheche

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