miércoles, febrero 28, 2007

La mala educación

La felicidad consiste, en no hacer siempre lo que tú quieres, sino en siempre haber querido hacer lo que tú haces.
Leon TOLSTOY

La gente que está permanentemente buscando un paso más adelante nunca disfruta. Y está siempre pensando que su vida puede mejorar.

Si eres de esas personas, lo siento, pero te compadezco. Nunca estarás a gusto. Te puedes confundir diciendo que eres muy exigente, muy ambicioso, que siempre vas a más... Pero realmente tienes que preguntarte si sabes dónde quieres llegar o si siempre quieres ir a otro sitio.

Te crees que hay que apretar los dientes y separarte del resto, esos conformistas. Tú puedes hacer más y te mereces llegar más lejos.

Pero el tiempo pasa y las metas siguen subiendo. Qué pása entonces. Te empiezas a preguntar por qué no llegaste a la siguiente meta volante. Y cuando notas que tus metas se van alejando, parece que no eres nadie, eh?

De repente toda esa exigencia y autoestima se vuelven contra tí. Y te vuelves rancio. Más rancio aún que antes. Desistes de cualquier intento de mejorar, porque ya te has envenado con tu propia medicina de ambicioso descontrolado. Y te has convertido en un capullo.

Espero que no seas así. Aunque cuento muchos detalles, yo tampoco lo soy. Tuve la suerte de escuchar muchas veces la importancia de tener "la ambición controlada" de boca de mi padre ¿Era la ambición controlada y el corazón tranquilo? No lo recuerdo bien. Pero eso me ha salvado.

Aún tengo ganas de seguir, pero sin agobios. Es difícil. Hay días en los que te encuentras con esos hiperambiciosos frustrados y te das cuenta de lo vacíos que están. Generalmente no colaboran bien, no aguantan la presión y crean mal ambiente.

El lujo de estos tiempos es saber escapar de estas personas, de estas situaciones. Levantar la mirada, respirar hondo y avanzar. Superar la mala educación y resistir. Síntoma de victoria en la vida. Y lo demás no importa.