viernes, julio 13, 2012

Soy una tía

Estoy sensible, me gusta cuidar la decoración de mi casa y lo último... creo que me supuran las mamas.

Debería ser el padre, pero -noticia-  soy la madre.

La verdad es que no me preocupa nada más que lo de las mamas. No sé si es que las babas de mis niñas aparcan siempre ahí o es que realmente tengo un problema de hermafrodismo súbito dinámico.

En todo caso, he de decir que la felicidad puede al sueño. La ilusión puede a las (super)broncas de pareja. La responsabilidad puede al cansancio. Y que una sonrisa suya lo cambia todo.

Ayer les tocó vacunas. Yo ahí, sujetando sus piernecitas comestibles mientras una mujer a la que le acaban de decir que le quitan la paga de Navidad les estaba poniendo unas banderillas. Pobriñas.

Todo lo que se pueda decir no creo que aporte mucho a lo que ya dijeron otros antes. Como todo el blog, es sencillamente una forma de contarlo a mi manera.

Pero me he saltado un mes sin escribir y eso requiere penitencia.

Me dijo alguien el otro día que ahora es especialmente importante que sea equilibrado. Escribir aquí es parte de ello. Lo sé.

Por eso he vuelto. Para contar mi verdad más dura como padre.

Puede que sea una mujer, vale. Pero en todo caso, seré una mujer muy lesbiana. Que conste.

Un abrazo

Cacheche