miércoles, julio 30, 2008

El niño melón

Al principio fue el pepino y ahora el melón.

Hoy he hecho la segunda fase de las pruebas de alergia.

Me han dejado el brazo derecho que parezco un yonqui con parkinson galopante.

Si hace dos semanas salía el pepino como causante de la alergia, hoy ha salido un nuevo elemento: el melón. En singular (así en plural no han podido probar nada...)

La cuestión es que tengo alergia a todo lo verde... y para lo que me gusta el campo, me veo con mascarilla haciendo senderismo.

Mi médico se ha teñido el pelo. Hace un mes lo tenía moreno y hoy estaba rubia platino. Esto de los tintes desconcierta a cualquiera. Creía que me habían cambiado de médico, pero no es la misma tronca, sólo que ahora parece un poco más tontita.

En cuanto se pone a hablar me doy cuenta de que es de bote porque se acuerda de mi y sólo una tonta me habría olvidado.

Pregunto por qué hay tantas alergias ahora y me dice que la teoría de la higiene. Que en el tercer mundo no hay alergias porque los niños se inmunizan desde pequeños.

Me he acordado del 'melton' que hay en muchas casas con bebés y me he imaginado a mi madre metiéndome en el melton al salir de la bañera.

Mientras tanto, el brazo lleno de muestras de grama, ácaros, arizónica, epitelio de perro, caspa de gato (me han puesto caspa de gato encima!!!! jaaaaaal. Ahora que lo escribo lo estoy pensando y creo que me tengo que duchar a fondo). NOOOOOOO error...que si me ducho mucho me cargo la epidermis y no se qué más y se me dispara la inmunogloblina-e.

Cuando a un alérgico le pones el brazo tibio de sustancias que le dan alergia es como cuando a un madridista le recuerdas que Raul ha visto la victoria de España en la Eeurocopa por la tele. Le pica todo.

Y ahí estaba yo con mis picores, pensando en el melton y escuchando a la médico multicolor. Y desvariando sobre dos teorías:

a) Niño melón: un niño alérgico lo es porque su madre le ha cuidado mucho de pequeño porque le quiere mucho y eso significa que es un tío hermoso y fácil de querer

b) Niño acelga: un niño alérgico lo es porque su madre al nacer le ve tan feucho y débil que le da miedo que le pase algo y le sobreprotege.

Ante eso tengo que desarrollar y adaptar mi personalidad esquizo ¿A o b? Esa es la cuestión

¿De pequeño era un bicho feo o era ya un tío guapo y atractivo como soy ahora?

No hay mas que ver una foto mia de pequeño para confirmar que de pequeño era incluso más guapo que ahora. Era el tom cruise de mi 'guarde'. Teoría 'a' for ever. Yo también fui un niño melón.

Claro que eso me lleva a otro razonamiento... que si voy empeorando... la que me espera con la edad. Feito y con alergia.

Voy a dejar de ducharme a ver si por lo menos dejo de tener alergia y además cuando me quede viejito y esté sólo podré decir que es porque no me lavo. Y tomaré melón para celebrarlo.

un abrazo
Cacheche

PS: apuestas a ver de qué color tiene mi médico el pelo después de vacaciones.

lunes, julio 28, 2008

Hola pringá, adios flujo

La pringá

fin de semana en Pozoblanco, famoso por ser la plaza del cartel maldito de paquirri, el soro y el yiyo.

Por lo visto se desangró porque no había quirófano ni nada similar en la plaza. Ahora ya hay. Hay cosas que antes pasaban y significaban la muerte, pero que hoy ya no ocurren ¿Tarde? Seguro. Pero por lo menos seguimos progresando.

Igual que progresa mi sangre en la admisión de nuevas y variadas fórmulas de grasa. Vaya tela.

Este finde, además de desparramar, he podido probar lo que los pozoblanquiños (cómo se dice?) llaman "la pringá". Sin duda, un manjar.

Cuando era pequeño siempre le quitaba la grasa al jamón y a la carne. Desde hace unos años, me la como. Y así me va. Un día me voy a medir el colesterol y se va a romper la aguja.

El viernes salida pasando por la inigualable villa de Puertollano. Ciudad ideal para el foro de las ciudades feas sin complejos. Eso si, con un queso muy serio y un periódico local en toda regla: El puertollano news... Ahora no sé cómo aguantaré sin saber que los melones se retrasan y hacen más larga la temporada de sandía...

Merinas, caballos, jamones y gente con ganas de juerga.

Por la noche, encuentro con la "pringá" y no me refiero a la chica que se casa, sino a una tira de bacon crudo sobre pan que da una alegría al paladar y un disgusto al corazón. El corazón lo tengo ya a prueba de bombas. El paladar siempre agradece.

El sábado excursión por Córdoba.

Decir algo nuevo de La Mezquita es misión imposible. Simplemente que cuando estoy dentro me sobrecojo. Sobrecoger. Bonito verbo. No quiero ni pensar como se lo tomarán en Mexico.

Pasear por Córdoba un sábado de finales de julio a las cuatro de la tarde es para echarle huevos. Pero encima hacerlo porque no encuentras donde has aparcado el coche, ya tiene otro nombre.

Los camareros dicen que estabamos fresquitos, que lo normal es llegar a los 50 grados. Muchas gracias.

Por la noche, bodorrio. Probablemente, la cena más larga de mi vida. Entre plato y plato aparte de apuestas, chascarrillos y digestiones varias, venía la tuna para recordarnos que 'Spain is different'. Una tuna con una edad media de 64,7 años. De la misma quinta los tíos que los primeros monjes gregorianos.

El domingo vuelta a los madriles. Sin atasco. En una parada me tomo un bocata de calamares y me pongo a hablar con dos polacos que se han ido con una yamaha 1300 hasta Ceuta y que vuelven a su tierra pasando por Andorra y por la provenza. Olé con los polacos.

Ultima semana antes de las vacas. No me lo creo, pero ya se acaba el curso.


un abrazo
Cacheche

Ps: señor trepador

http://www.youtube.com/watch?v=_VKGlY-vlhQ&feature=related

jueves, julio 24, 2008

Los números rojos

La gente pobre nunca está en números rojos porque ningún banco les abre una cuenta, ni mucho menos les concede una línea de crédito.

Cuando estás en números rojos eres un afortunado porque tienes alguien que te deja un dinero que no tienes.

Que el te lo deja tenga un objetivo u otro no te hace ser mejor que aquellos que nunca pueden estar en números rojos.

Ni peor.

Siri es lo que es. Y nunca ha estado en números rojos. Pero sabe lo que es la tristeza del hambre.

lunes, julio 21, 2008

El despertar de Siri

"La felicidad consite en tener algo que hacer alguien a quien amar y algo que esperar"
Benjamin Franklin

El contador de cuentos
El despertar de Siri

Cuando uno no tiene muy claro para qué está en el mundo despertarse es mucho más duro.

Les pasa a los que tienen una tristeza muy grande. Les pasa a los que tienen una gran resaca. Les pasa a los que nunca les ha salido bien nada. Y le pasa a Siri. Al menos le pasaba cuando le conocí.

Escuchó los ruidos normales de la calle en julio. Por la persiana de madera entraba algo de luz. Era una persiana antigua y pesada y a fuerza de los años se había convertido en una pared más. Con agujeros. La luz empezó a calentar la habitación. Entre el calor, los ruidos y la luz Siri se despertó.

- Sigo viviendo en este cuartucho. Sigo teniendo las mismas sábanas amarillentas. Sigo siendo un tío flaco y feo. Sigo teniendo que ir a buscar un trabajo cada día.

No obstante, una inercia le hacía levantarse.

Dicen que la personalidad se acaba de fijar entre los 3 y los 7 años.

Siri no recordaba muy bien que había pasado ni qué había hecho durante estos años, pero si sabía que algo le hacía levantarse.

Seguramente, una llamada al orden de su madre. Algún tío que le intento de inculcar disciplina. Un profesor tal vez.

Era evidente que no era un ejemplo de orden ni de nada. Pero tenía algo aún. Una semilla de persona. Una neurona o una unidad mínuscula de responsabilidad que le impedía desparramar totalmente.

Su angel de la guarda cuidaba celosamente de esa unidad. Era su única esperanza. Era la que le levantaba de la cama y le hacía asearse un poco e ir a buscar algo con que ganarse el pan.

No era un personaje de anuncio de special K. Tampoco la imagen de un joven que compra una casa. Era Siri. Un tío flaco y feo, con unas pintas claras de blandura y dejadez personal. Pero con una unidad de responsabilidad.

Su intuición le decía que tenía que seguir. Eso ahuyentaba cualquier tentativa de quitarse la vida. Esperaba algo.

Se vistió, cerró la puerta y salió. Se metió un chicle en la boca y echó a andar.

Como un animal más de la sabana que va buscando su alimento diario.
(continua)

martes, julio 15, 2008

Al loro con la Grama

Atención Datos de Cacheche.

Hoy me han dado los primeros resultados de las pruebas de alergia. No tienen desperdicio.

Pepino: positivo (lo del día del orgullo gay lo dejaré para otra vida. Lo siento Neckman, lo nuestro es imposible)
Acaros: negativo (vaya, ya no me escapo de pasar el polvo)
Epitelio de perro: negativo (menos mal, llevo teniendo perro desde que me acuerdo)
Caspa de gato: negativo (Peter: le puedes dejar de poner H&S a tu gato)
Olivo: positivo (bye bye Jaen)
Polen: positivo
Cebolla: negativo (¿eso quiere decir, entonces, que tengo el estómago sensible?)
Grama dactylis: positivo que te cagas y tiene tela la tía
Aguacate: positivo (os lo dije)
Arizónica: positivo campeoncito

La grama dactylis, la muy perra, por lo visto es la Willy Fog de las plantas... Es "sumamente cosmopolita". Aunque originariamente es de Europa, Asia y norte de África, la verdad es que también aparece por América y Australia..."tanto que en determinadas áreas, es una especie invasora". O sea, que más que Willy Fog, Atila.

Por la piel de toro abunda que es un gusto.

La wiki dice: "Tolera bien moderada sombra". No, si encima será siestera la cabrona...

Y por si fuera poco. A todo eso hay que añadir que tengo la inmunoglobulina-e a tope. La inmunoglobulina-e que es la inmunoglobulina que se altera demasiado cuando detecta alergia... La inmunoglobulinas a, b y c la llaman la histérica cuando no están juntas.

Un neonato tiene menos de 1,5 uds; los menors de un año, menos de 15 uds; entre 1 y 9 años, menos de 90 uds; entre 10 y 15 años, menos de 200 uds; los adultos normales tienen menos de 100 uds...

Pues mi sangre es una campeona y dice que yo tengo unas 400 uds de la "histérica". Si alguien quiere, que pase y se sirva...

Cuando la inmunoglobulina-e detecta un antígeno se pone a currar como una loca o como un tío al que le superan los acontecimientos. Se cree que está en una invasión antigénica. Se pone a desgranular los mastocitos. Los mastocitos están a su bola por la sangre y son buenos chicos. Pero cuando se ponen a currar mucho se pasan de trepas y molestan al prójimo. Como en todos lados. Al final acaban potando sustancias como la histamina... que es una especie de defensa central que parte las piernas de todo lo que se cruza en su camino. Y te pones a estornudar, a llorar y a moquear, asma, dolores en la mujer, bla bla bla qué te voy a contar.

En dos palabras: que-se-arma la-marimorena

Lo de la caspa de gato y el epitelio de perro me parece muy importante. Me extraña que no hayan hecho pruebas respecto a las pelotillas de caballo o al sudor de tortuga. El próximo día me van a oir.

El resumen de todo es que soy muy sensible. Y que tengo mucho cuento. Seguiré con ellos (con los cuentos), pero entended que con el momentazo caspa de gato me he venido arriba

un abrazo
Cacheche

Ps: me voy a dar al Lehninger que mola todo

lunes, julio 14, 2008

Mejorcita

"Es mucho más fácil estar mal que estar bien.
¡Con lo a gusto que estaba yo estando mal!"

Pilar Gómez

Una obra de teatro que se titula "Mejorcita de lo mio" basada en la reestructuración cognitiva y en las vivencias de una mujer muy auténtica. Recomendable

Instrucciones para un fin de semana perfecto:

Baño piscinero al atardecer
Jugar a los marcianitos de los 80 el viernes con una mixta en la mano
Copas en bañador con amigos
Ir de compras y al teatro el sábado
Cebolla ultracongelada hacendado en el primer cajón del congelador
Descoser un botón de una camisa de lino
Salir con la moto a la sierra el domingo
Bañarte en agua helada
Descubrir que tus amigos son tus amigos
Atardecer en Navacerrada

Es verdad que estar bien es muy cansado, pero merece tanto la pena...

UN ABRAZO
Cacheche

viernes, julio 11, 2008

Luci ¿para qué enfadarse?

el contador de cuentos
Luci, ¿para qué enfadarse?

"¿50 euros por los limpiaparabrisas?"
"Pero bueno, ¿son de oro?"

Joder, me sale más rentable pararme en los semáforos...

Luci estaba indignada. Su coche estaba pensado para ahorrarle costes. Pero era todo lo contrario. Cada poco tiempo tenía algún gasto. Ya no dependía de novios, amigas y familia para llegar a casa. Los taxis le daban miedo. A pesar de que no era una belleza especial despertaba un instinto muy primitivo que la hacía blanco de proposiciones de todo tipo.

Había llegado el momento de comprarse un coche. Sin embargo, caían gastos de todas partes. Desde que compró el coche la gasolina no paraba de subir. "Soy tan gafe que han esperado a que me comprara un coche para subir la gasofa". Y ahora los limpiaparabrisas. El mecánico tenía cara de circusntancias. Ca

-¿Por qué se han roto?
- "La goma se ha arqueado". Le dijo el mecánico mientras la retorcía delante de sus narices. Luci pensó: "si haces eso con una escobilla nueva te la cargas seguro".
- "¿Por qué se arquean?"
- "El calor. Si tienen algo de publicidad, por esa zona se comporta de otra manera y al final se arquean"

Dijo "arquean" como aquellos que cuando usan una palabran culta, la agotan. A falta de sinónimos, repiten y repiten la misma palabra sin parar.

¿la publicidad? ¿Serán cabrones? No solamente me atufan el coche con chorradas y me recuerdan que estoy rellenita sino que además anuncian cuando no muevo mucho el coche... Y ahora para colmo se cargan los "limpias". Me dan ganas de apostarme junto al coche y cuando venga un repartidor decirle cuatro cosas.

(Continuará)

lunes, julio 07, 2008

El príncipe

El contador de cuentos: El príncipe

El único bien realmente importante del reino era la risa.

Todos los habitantes podían disfrutarlo. Eran conocidos más alla de las montañas y de los mares por su carácter risueño y su risa contagiosa.

Necesitaban la risa más que el pan. Y la tenían. Pero sólo podrían extenderlo aquellos que fuesen capaces de reirse de si mismos.

En todo el reino, el único que era capaz de empezar la cadena era el príncipe.

Un día el principe se puso triste y el reino desapareció.

jueves, julio 03, 2008

Siri

el contador de cuentos: Siri

Siri estaba todo el día comiendo chicle. Era lo único que hacía bien.

Nunca había dado una en la vida.

No fue capaz de mantener a su familia unida. Nunca dio ni una sola alegría. Mal estudiante. Trasto. Feillo. Sin gracia. No era el hijo del que las mamás presumen en el mercado.

Se alistó y le acabaron echando del ejército. En realidad se echó él sólo. Sabía que saltarse las guardias no iba a ningún lado. Desde que se le atragantó primero de bup había ido de mal en peor.

Ni siquiera tenía buenos amigos. Gente del barrio, que a fuerza de verse, se habían hecho conocidos con forma de amiguetes.

Su única fuente de ingresos eran los 20 euros al día por repartir publicidad en los coches. Con la crisis también se notaba que había menos trabajo. Incluso los folletos eran más cutres.

Menos mal que gastaba poco. No había sido capaz ni de darse a las drogas. No tenía dinero para comprarlas y no tenía valor para robar o atracar a nadie. Simplemente comía chicles y se alimentaba prácticamente del aire.

Caminaba con sus vaqueros marrones gastados y sucios y la camiseta de Castrol. En una mano la publi que iba colocando en cada coche. Al otro lado de su cuerpo descarbado, colgando del hombro, tenía la bolsa con el resto de folletos. Por delante toda la calle Francisco Silvela y manzanas de alrededor.

Limpia, publicidad, siguiente coche, limpia, publicidad, siguiente coche, limpia, publicidad, siguiente coche...

Cada cien coches había alguno ocupado que debía evitar. En el resto iba dejando los folletos sin pensar en nada. Simplemente comiendo su chicle. Esperando a que se acabara el taco. Sin prisas. No había otra cosa que hacer.

(Continuará)

miércoles, julio 02, 2008

París

El repartidor de cuentos
París

- Me voy a París. Tengo una reunión de trabajo
- Qué bien. Qué suerte. Es la ciudad del amor
- La ciudad del amor es aquel pueblecito donde conocí a la madre de mis hijos

Qué raro resulta todo cuando estás tranquilo. Ves las cosas con calma. Como desde el cielo.

¿Será que la verdadera vida empieza a partir de la muerte? ¿El principio empieza en el fin?

Recordaba aquel cuadro en el psiquiátrico donde esta su hermana: "Lo que para el gusano es el fin del mundo, el resto del mundo lo llama mariposa"

Estos pensamientos no le parecían profundos. Ni siquiera pensar que en algún momento tendría que abandonar su cuerpo.

Se quedó pensando en París. Todas las historias que había conocido esa ciudad. Se imaginó un archivo con una clasificación de todas las cosas que habían pasado: lo peor, lo más triste, lo más cruel, lo más bonito, lo más auténtico, lo más divertido, lo más raro.

Historias ordenadas por impacto. La carpeta con lo más cruel empezaría con una historia de tiempos de la revolución francesa y terminaría con el pisotón de una hormiga que un niño hizo ayer tarde.

Agarró la carpeta con lo más triste y empezó a leer. Pensó que si entendía la tristeza humana sería capaz de ayudar a Luis. Luis.

Luis no era francés. Ni siquiera había estado en París, pero lo estaba pasando mal. Estaba realmente triste. No era capaz de pensar en otra cosa más que en la tristeza de Luis.

Alfonso abrió el libro con las historias más tristes de París y empezó por el final. La primera historia había ocurrido ayer mismo: una viejecita perdió la llave de su casa y estuvo dos horas intentando localizar a su familia. El calor de las calles del barrio latino sacudía todos y cada uno de sus 78 años. Ahora estaba tumbada en la cama con grandes ruedas de la habitación 304 del hospital Val de Grace. Recuperándose y sin parar de llorar.

(Continuará)

martes, julio 01, 2008

La cruz

El repartidor de cuentos
(La Cruz)

"La cruz es llevar la cruz y pensar que la llevarás siempre"

Fray Rondel levantó lentamente la vista de aquel viejo libro y dijo:

"El cargo de conciencia se elimina con la redención que pasa por comunicación y la reparación. Cuando ninguno de estos actos es posible por tiempo o forma, la cruz es totalmente inútil.

Arruinaste una vida. No arruines tres más"

Su voz sonó tranquila. Como esas advertencias que vienen de la máxima sabiduría. De los que han pasado los años observando y conocen al hombre. La voz de alguien que sabiéndose lejano de principio es capaz de llegar mucho más cerca.

Le recordó a aquella gitana que le leyó la mano en Florencia. Sin implicarse, pero tan cerca de la verdad que daba miedo.

Los tontos y los locos dicen lo que nadie se atreve a decir. Los borrachos dicen tonterías. Aquel viejo clérigo no era nada de eso. Era algo más. Mucho más sencillo. Era la verdad.

(continuará)