“El arte del descanso es una parte del arte de trabajar”
John E. Steinbeck
Hoy escribo desde el borde del mar. En el atardecer de mis vacaciones 2009.
Estoy a pocos días de volver a la vida normal de urbanita trabajador, pero he pasado un mes maravilloso.
Ahora mismo, después de una cena donde he tomado sargo y cangrejo pescados delante de casa, me apetece sentarme a escribir y a reflexionar en mi pequeño trozo en el mundo que es este blog. Y así hago.
En la vida todos tenemos metas más o menos lejanas. Algunas veces es pasar un semáforo en verde (psicopatía alta) y otras poder descansar en una casa con familia, perros y el mar enfrente. Poder bajar con la caña a pescar. Devolver peces al mar y susurrarles que caerán dentro de unos años.
Bañarte en la piscina mientras escuchas las olas y miras las estrellas y la luna.
Saber que nadie ni nada te corren. No hay prisa. La vida en calma.
Por eso me gusta pescar. Es la única cosa que no se puede hacer con prisas.
Esta tarde me he puesto a pescar por la tarde y se me ha hecho de noche.
Después he estado jugando con Nurc, un boxer con la piel atigrada más bueno que el pan. Que lleva dos días que no se separa de mi. Cada vez que me meto en la piscina él me vigila. Da vueltas como loco para estar cerca según voy nadando.
Este verano he montado en bici, en barco, en avión, en coche, en moto, he buceado, he nadado, he pescado, me he cocido, he fumado, he visto llorar y reír, he dado y he recibido abrazos. He bailado (así va mi rodilla). He estado en un concierto...
A principios de verano dije que iba a vivir el presente y a Dios pongo por testigo de que lo he hecho. He estado donde quería estar.
Vale que he echado de menos las juergas de Madrid con el comando G. Los barriletes. Mi moto. Pero tengo muchos meses por delante.
Hablaba de mis sueños... Aparte del nobel de Economía (es más una premonición que un sueño), espero llegar un día a vivir con un trabajo que me permita estar junto al mar. Que tenga una casita donde amarrar un velero y sentarme las noches como hoy a escuchar las olas con una cerveza y el mismo espíritu que tengo ahora: mi vida va como yo quiero y soy lo que quiero ser.
“Llega a ser quien eres” decía Homero. En esas estamos.
De momento, estoy identificando lo que me gusta. Es un trabajo duro, no creas. La mayoría de la gente se dedica a vivir y no se para a pensar sobre ello.
Para eso están mis vacaciones. Para eso han estado.
Aún me queda la despedida del verano con la family en San Esteban. Aún recuerdo la del año pasado. Eso es bueno.
Otras artes no dominaré, pero lo de sacar partido a las vacaciones, no va mal.
Un abrazo
Cacheche
PS: Una canción rumbera que he oído durante el aperitivo... Melendi y la húngara. Por eso te canto.
jueves, septiembre 03, 2009
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