"La soledad es la gran talladora del espíritu"
Federico García Lorca
El finde ha estado muy bien aprovechado. Eso me hace volver a trabajar más contento.
Viernes: comí apio y paté... lectura en casa, siesta, té y luego al cine a ver la segunda parte de Crepúsculo. Sí, lo reconozco. Me gustó. Estoy muuuuuuuuy moñas y soy muuuuuuuuy infantil. Pos vale. Me fui con Quique y Cris. Ultimamente, se están uniendo, ambos dos, al equipo "salvemos a Cacheche"
El sábado madrugar y a Sanes. Perros, paseos, chimenea, siestas, jamón y fútbol. Y de postre, unos vinos por el pueblo con los Chuflez. A la cama más o menos pronto.
El domingo saque la 'Maru' que llevo dentro y ¡...zafarrancho de limpieza! Llevaba mucho tiempo sin darle un repaso a la casita. Una hora de reloj. Parte de bajas: 3 arañas, un bicho no identificado y un caracol pegado al marco de la ventana del baño. Bueno, en verdad, él sigue ahí, a lo mejor está vegetando. Y no le molesté... ¿Alguien sabe si los caracoles hibernan?
En Sanes no es fácil estar sólo. Pero se agradece un pleno de hermanos.
Mi reflexión del viernes fue que, aunque estar sólo te permite decidir en cada momento horas y destinos, longitud del pelo, moto, coche... esa libertad, cuando no estás acostumbrado, te produce cierta indecisión. Y esa indecisión propia de la libertad no te hace -de momento- más feliz. De hecho, te hace un poco intranquilo.
Supongo que estoy a principio del curso "Talle su espíritu, paso a paso"
En una de esas revistas de psicología que leo últimamente, una psicóloga decía que la gente feliz suele tener unas rasgos del carácter comunes: amabilidad, alta autoestima, optimismo, un alto sentido ético...
Además, suelen tener una buena red familiar y de amigos ("buena no es igual a grande" :-).
Y yo, siento que, a pesar de las leches, en 'felicidad subjetiva', estoy bien. Pero no sé si es por ser así por lo que soy feliz o soy feliz y eso me hace ser así ¿no he entendido nada, no?
Creo -sin ninguna humildad, la verdad- que en esas cualidades voy bien y creo que es la ética con la que más puedo mejorar. A veces siento que no lo doy todo. O que soy un poco malo. Más por falta de cabeza que por voluntad de hacer daño. Pero eso, luego me pesa. Por eso quiero aprovechar esta temporada de reflexión para recordar que los pensamientos nobles no valen nada si son poco duraderos en el tiempo. Que el camino al infierno está empedrado de buenas intenciones.
Por cierto, ayer fue el primer domingo de Adviento. Amor, Paz, Tolerancia y Fé. 4 deseos. 4 velas.
Orginariamente, era una tradición pagana para invocar al Dios Sol para que viniera con su luz y su calor durante el Invierno. Ahora se corresponde con la preparación del nacimiento de Jesús.
En mi caso, como soy un chuflas con patente de corso, la emplearé en preparme para el año que viene. Pediré que las estrellas, el cielo, quienes lo habiten y, sobre todo, mi cabeza sigan guiándome por mi camino.
Que mi destino se siga encontrando con el talento, la voluntad y la suerte de mi vida allí donde hayan quedado.
Un abrazo
Cacheche
PS: Para todos los que nos estamos tallando el espíritu...
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